RECORDÁNDOTE


RECORDÁNDOTE

Llueve  afuera,
los cristales de mi ventana
lloran por tu ausencia.
Y a mí, solo me apetece
tenerte acurrucada en mi cama
acariciándote con mis manos
repletas de una pasión desbordada.
Haciéndote el amor con la mirada,
contemplando cada centímetro
de tu delicado cuerpo,
y resbalando mis dedos
por tu tersa piel,
hasta caer rendido
a tus pies.

No sé si me diste un brebaje,
una pócima, un hechizo
o simplemente es amor
lo que mis venas llevan,
que cada vez
que mi piel rozaba tu piel,
era la mejor sensación
que en mi vida tuve.
Porque solo tú,
eras capaz de convertir
mágicamente,
esas mañanas lluviosas
en soleados y despejados
amaneceres.

Antonio Rodríguez Álamo
Diciembre 2017

Comentarios